caída

un dulce encierro, una luz tenue, más que suficiente. placentera. tras la pared oígo pasos, roces.
instalado, agazapado, miro en la distancia, sin filtros ni miedo
como payaso en la lavadora, como guiño a la existencia. como una mano alzada frente al sol, para protegerse la vista de sus rayos.
deslumbrado
" Cuando el hombre se queda a solas y cierra los ojos al porvenir, al ensueño, se le revela el abismo pavoroso de la eternidad. La eternidad no es porvenir. Cuando morimos nos da la muerte media vuelta en nuestra órbita y emprendemos la marcha hacía atrás, hacia el pasado, hacia lo que fue. Y así, sin término, devanando la madeja de nuestro destino, deshaciendo todo el infinito que en una eternidad nos ha hecho, caminando a la nada, sin llegar nunca a ella, pues nunca fue."