
con la sonrisa a cuesta y el correspondiente amargor soterrado.
danza
movimiento
flujo continuo, ritmo ininterrumpido y chocante
violencia del pensamiento, del pensar apurado y enfrentado.
cambiar de rumbo, de cara, de estrategia y comer
comer chocolate hasta la mañana siguiente cuando coja el próximo vuelo y siga
oír lo que se dice, en la terraza, dominar su impulso pero no el corazón
la mente oscurecida por las palabras no toma ya conciencia de su labor.
se echa a un lado,
descansa, se olvida.
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