
y me pregunto siempre lo mismo. y me planto redundantemente frente a idénticos dilemas. una mal día sin fin, un dolor persistente y difuso. una alarma siempre encendida. siempre distrayéndome, siempre desviándome, siempre desequilibrándome. como una maldita gallina sin cabeza, como la cola del lagarto sin su cuerpo. enumerar aquí y ahora las preguntas sería fútil e intrascendente. aflora el sueño, el perpetuo reposo latente de cabeza pesada e inspiración anulada. cuesta levantarse, cuesta alzar la mirada y soñar los posibles. cortado. pesado. abrumado. ciertamente ausente.
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