25 agosto 2009

una gran novela de aventuras, desencuentros, engaños y eso si, de aprendizaje, como ha de ser



no saber si tienes vida o si la vida te tiene a ti. así a secas.
de vez en cuando, como si de plantas se tratase regar momentos con sentimientos y/u palabras, porque es lo que se lleva, pero sin realizarlos/las plenamente. por rutina, porque sino es muerte. no llevar nada a cabo. suelto en sociedad, salido, bailoteando, esforzándose todavía a ratos fugaces y recaer. decaer, dejarse llevar por el paso de los minutos, de los horas, de los días (por plagiarme el título de un manuscrito).
ahora - escuchar el ruido del trueno, saber de la llegada inminente de la tormenta. pequeña dosis de frescor, de rebeldía.
te tengo como primer link en mis blogs de amigos, significa eso algo? puede o puede que sólo sea por el placer (secreto?) que me aporta esa lectura esporádica, cuan me gustaría más regular. porque el interés en mis propias vivencias o expectaciones es nulo o inferior. porque a través de la experiencia ajena, la vivencia ajena aprendemos más, objetivamos de manera más certera, o por el mero placer de una lectura estimulante, transmisora de noticias, inteligente
porque pararse a pensar, a pensar de verdad, cuesta cada vez más, de manera más patente dejo de lado el querer "hacer", el movilizar mis energías en pro de .. lo que sea. "constructivo".
y ya, caen las primeras gotas, sin prisas, con el ruido amortiguado - hacer que algo sea menos vivo, eficaz, intenso o violento, tendiendo a la extinción. Amortiguar la luz, el color, el ruido, un afecto, una pasión
pero en breve acrecienta el ritmo, la intensidad, hasta dominarlo todo. luego se llenaran las narices y por ende los sentidos de ese peculiar perfume de tierra mojada, humedad reencontrada, estimulada, de dar un paseo hasta perderse la mente, el cuerpo, olvidar.
mañana, se acaba. mañana me libero (temporalmente) y espero disfrutar, duplicar cada instante. y seguramente será como siempre, más de lo mismo, demasiado rápido y demasiada inactividad.
vivir sin planes, casi sin presente y sin futuro visible. el pasado a mitad enterrado, a mitad olvidado y a partes doloroso. sólo queda ya el ruido del viento sacudiendo los árboles, surcando las calles, heraldo del próximo diluvio. y la noche por delante, con miedos, neuras, blocajes y fijaciones. porque las listas largas son malas, empeñarse en reducir, exprimir hasta la esencia y quedarse ahí, con ese vigor retomado, domado si puede serlo, por lo menos aguantarlo, por mucho que te queme y te ciegue su intensidad, sigue sujetándolo hasta quedarte sin fuerzas, porque ya toca, porque nada es eterno, ni las esperanzas, ni el enjaulamiento, ni las penas, ni el dolor, quizás el olvido lo sea, siempre que de ese cajón tengas perdidas las llaves
mariquitas y moscas volando juntas en un tarro

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