27 enero 2010

viviendo en perpetua síncope sufro dulces estrangulamientos y quedóme con la visión/el sentir nublados




sujeta al sujeto ese que va predicando ser verbo en mi enmudecida existencia. qué osado mandril es en mi selva asfaltada de aire, azotando cual epidemia a mi pre-enfermedad, diluyéndose como analgésico disolvente después en mi fiebre, para convertirse en mi experiencia esquizofrénica durante el desvarío de mi convalecencia.

te vas y no te vas, y mientras sentada espero a que tus pies consensúen, mi trasero palidece.

aires de cualquier ciudad me traen tu nombre.
me escondo allá donde el frío nieva al intelecto confiada en una expiación. y allí en medio del miedo de la nada vuelves a aparecer sin aparecerte atrapándome en la huida. maldito seas o maldita yo por no saber olvidarte.
debo recuperar la corona de espinas, los clavos y la cruz que regalé a saldo creyendo tener en ti la cuenta saldada. de nuevo con mi maleta llena me pierdo en los aeropuertos, menos mal que siempre hay cenicero para la ceniza y un destino para la pérdida.
Ieri

05 enero 2010

el miedo como gran transmisor primordial de males, amistad y palabra como remedio y escudo



el hogar del incansable

Despojado de sus raíces, con corazón de cemento y pies de plomo viaja mi amigo, atravesando las fronteras de las mentes más inaccesibles.

Sin mas hogar que su próximo destino, los días le nievan su cabello, con cada vez más arrugas en sus sueños, fija su cansada mirada en posibles sofás nuevos.
Sin ser de nadie y perteneciendo a todos, se desliza entre la urbe y el bosque de su misión.

Sin preguntarse porqués ni cuestionarse con quién continúa enamorándose de los momentos.
Estelas de su presencia transformada en recuerdos nos acompañan a los demás.

Generoso sin límites se nos da, se da a la vida de él y de otros.

Cuántas cadenas deshiciste, rompiste y te persiguen aún hoy. Pero tus pies caminan rápido, sin titubear por la senda que hoy te has marcado.

Nunca conocí a nadie a quien le importara tan poco el mañana y por eso te quiero en el mío.

Sin sentir el calor del sol y no preocuparse por no haberlo conocido es capaz de ser playa en donde todos aquellos que le conocemos haríamos la croqueta eternamente.

Sin poder dormir jamás, consigue ser el mejor reposo de cualquier otro guerrero.

Infinita gratitud por dejarme ser parte de tu mundo, amigo mío.

Ieri