27 enero 2010

viviendo en perpetua síncope sufro dulces estrangulamientos y quedóme con la visión/el sentir nublados




sujeta al sujeto ese que va predicando ser verbo en mi enmudecida existencia. qué osado mandril es en mi selva asfaltada de aire, azotando cual epidemia a mi pre-enfermedad, diluyéndose como analgésico disolvente después en mi fiebre, para convertirse en mi experiencia esquizofrénica durante el desvarío de mi convalecencia.

te vas y no te vas, y mientras sentada espero a que tus pies consensúen, mi trasero palidece.

aires de cualquier ciudad me traen tu nombre.
me escondo allá donde el frío nieva al intelecto confiada en una expiación. y allí en medio del miedo de la nada vuelves a aparecer sin aparecerte atrapándome en la huida. maldito seas o maldita yo por no saber olvidarte.
debo recuperar la corona de espinas, los clavos y la cruz que regalé a saldo creyendo tener en ti la cuenta saldada. de nuevo con mi maleta llena me pierdo en los aeropuertos, menos mal que siempre hay cenicero para la ceniza y un destino para la pérdida.
Ieri

1 comentario:

Anna A. dijo...

increíble el link del bosque...
perfecto para perderse, permanecer, desaparecer, ser... sin más...

te escucho muy cerca.
mil besos